Una forma de entender la relación con el entorno, con sus orígenes, que debe ser preservada para que las nuevas generaciones puedan seguir disfrutando y recordando.
La relación de la tierra y el hombre será narrada desde la perspectiva de los protagonistas por lo que se escoge el pueblo natal de Josep Jordana como lugar en torno al cual vertebrar la narrativa.
El pueblo de Almenar, en el Segriá, provincia de Lleida es el punto de partida porque desde un primer momento se quiere realizar un homenaje a las personas que habitan una zona con unas características geográficas que han supuesto un reto para sus moradores.
Pronto el ámbito territorial se sobrepasa en mucho a lo previsto y en la pieza aparecen personas y lugares de varios puntos de la geografía catalana.
Al ya citado pueblo de Almenar, hay que añadir en Lleida, Alcarrás y Maials. En Barcelona se localiza uno de los pocos hornos de pan que sigue realizando el mismo como hace más de 60 años y también se usa Collserola como escenario para las entrevistas a los propietarios.
En Olost (Lluçanès), a 100 km de Barcelona y rodeada de campos i bosques se graban las imágenes del ganado y los quesos.